Sin Guión – Któlicos

Sin guión Któlicos

La banda cacereña Któlicos cumple 15 años sobre los escenarios y lo hace con dos buenas noticias. Por un lado, en su nueva gira no solo contarán con una mayor escenografía que de costumbre, sino que además regalarán un CD exclusivo a los asistentes. Por el otro -y esto es lo que nos ocupa-, han lanzado su cuarto trabajo de estudio, que lleva por nombre Sin guión. Edita Rock CD Records.

Któlicos manufactura rock veloz con deudas al hardcore y algo de punk. Al micrófono Carlos se asienta sobre los modos rasgados y crudos del punk rock nacional, con letras directas en castellano. Con primacía de la guitarra, lo llamativo en la banda es que entremezclan la semi-distorsión del rock desatado con arreglos limpios que no abandonan la celeridad.

De esta forma logran situarse fuera del punk rock al uso; ofrecen mucho de lo de siempre y un toque diferencial, propio. Któlicos se mantienen fieles a los temas y las formas del punk nacional aun cuando lo hace parecer fresco. Sin guión es de esos álbumes que se abre poco a poco conforme avanzas en las escuchas. Vamos notando líneas de fondo, ideas peculiares, rupturas sonoras.

Sin revolucionar o romper con lo anterior, éste álbum propone un avance. La experiencia ganada en estos 15 años se deja notar. Los músicos manejan sus instrumentos con soltura, saben qué quieren y logran el objetivo, por muy mundano que éste sea.

El grupo pone el álbum a disposición de sus seguidores en forma de jewel case de plástico. La galleta calca la estupenda portada de Ángel Hellan (quien ya se encargó del arte del segundo trabajo de la banda) mientras que el fondo ofrece una variante.

El CD se ve arropado por un libreto de ocho páginas que incluye las letras de las canciones sobre fondos a color que muestran derivaciones del mundo distópico (o no tanto) que inspira el arte general del álbum. En la contraportada podemos consultar los créditos técnicos y unos breves agradecimientos.

Desde lo visto en Sin guión, no podemos menos que desear que Któlicos termine por lanzarse al vacío. Tiene la solvencia técnica y un incipiente ansia experimental que, bien explotada, puede marcar la diferencia. En cualquier caso, en 2019 nos dejan un disco disfrutable.

Siete Bueno

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