Menos de un año después de su trabajo La moral del perdedor Gatomojado entra al estudio para grabar las 11 canciones que componen Espinas. El álbum ha sido editado por Malagüero Records y cuenta con multitud de colaboradores como Álex Caporuscio, Osi Martínez, Roberto Gil o Pablo Sanpa.
La música de la formación surge de la mezcla del blues rock, el folklore norteamericano, el country y algo de punk rock. El resultado es simpático y bailable, con ese espíritu del rock urbano.
La voz de Kike Orduña sabe dotar a las letras de una chispa canalla y juvenil, vivaracha. Espinas dota a sus instrumentos del don de la oportunidad, con un desarrollo marcado por las melodías pegadizas que evitan pisarse entre sí.
Gatomojado nos deja un rock que sorber desde la ventanilla bajada de un coche, con el amplio horizonte a nuestro alrededor. Un rock suave en definitiva, vibrante sin embargo. Pasa de las apuestas ambientales y melancólicas de armónica y medios tiempos a ritmos ágiles y translúcidos.
El blues rock en positivo del grupo necesita escuchas atentas y tranquilas. Sin más equipaje que las líneas instrumentales y actitud, Gatomojado firma un trabajo que compensa sus momentos comunes con un resultado compacto, sólido y en la diana.
El grupo se ha trabajado una excelente edición física como digipack tríptico en cartón. Las solapas contienen una fotografía a color del grupo, los agradecimientos correspondientes, el CD de galleta negra y roja simulando un disco de vinilo (con un atractivo diseño/logo en su fondo) y una pestaña con el libreto. Bajo éste, una nueva fotografía a color de los músicos.
El libreto de ocho páginas a color nos deja letras, fotografías, dibujos y créditos técnicos, a través de una maquetación cuidada que aprovecha el espacio y que sabe ayudarnos a disfrutar de la música. Gatomojado tira la casa por la ventana en una edición a atesorar por cualquier fan de la banda.
Espinas es un producto desenfadado, libre de etiquetas duras y de pretensiones existenciales: es puro goce bluesy. La producción de Valentín Méndez no siempre saca toda la punta al sonido de Gatomojado, y aun así el disco se disfruta con soltura y mejora el precedente.
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