El EP de cinco canciones Cruce de caminos sirvió a Sadia no solo para hacerse notar sino también para ganar el concurso de artistas emergentes FACyL de Castilla y León. La flor del opio supone su debut en larga duración; diez pistas más una undécima añadida en que cuenta con Íñigo Uribe de M-Clan al piano y Lucas Albadalejo de Loquillo al hammond. Además Hendrik Röver y GT’s se suman para la canción final Sam ‘El Mítico’.
La música de Sadia camina por el rock clásico de corte norteamericano junto a elementos de rock sureño y blues. Las guitarras suenan tristes y melancólicas, acompañando a su voz quebrada. Sadia canta sus letras con la boca grande, luchando por llegar a finales alargados.
Las labores vocales quedan impropias, impostadas y excesivas por momentos. Iván Sadia luce mejor como guitarrista que como letrista o cantante. Armado con un puñado de ritmos sureños, La flor del opio destaca en su aporte de estribillos movidos, como imaginación de un estado de ánimo.
El álbum ha sido compuesto desde postulados musicales conservadores; ni los arreglos ni las puntuales salidas de tono consiguen convencernos de que el blues rock de Sadia aporta algo novedoso a la escena nacional del género. Funciona como homenaje festivo, como apuesta de directo y producto de escucha liviana.
Por otro lado existe una homogeneidad palpable en el sonido y las ideas a lo largo del trayecto. La flor del opio es un trabajo correcto en lo técnico y nacido desde el corazón y el amor por la ingrata labor musical.
La edición física de La flor del opio ve la luz como digipack de cartón. La galleta emula un disco de vinilo, con ornamentos propios del rock sureño. Bajo el CD encontramos una muestra del arte mientras que desde la pestaña izquierda Sadia nos contempla guitarra en mano.
El libreto viene protegido entre los cartones del digipack. Cuenta con 12 páginas para las letras, créditos de grabación, fotografías a color del artista, diseños de Marc Bello y un importante mensaje de cierre. La flor del opio nace con un formato físico estupendo, digno de figurar en tus estantes.
El debut como LP de Iván Sadia prueba que las seis cuerdas tienen en él a un aliado. Suficiente en intención y ejecución, echamos a faltar una pizca de originalidad o atrevimiento en La flor del opio, más allá del espíritu rock que destila. Algo que nos levante del sofá, vaya.
AltFloyd 