Formados en 2009, Fractal dedicó sus primeros años de vida a participar en concursos y hacerse notar sobre las tablas. Con la experiencia adquirida, entraron al estudio en 2015 por vez primera para darnos Cuántico. Ahora cae en nuestras manos Despertar, su segundo LP.
Lo que le va a Fractal es el pop rock con visos de autor. Miman la composición a través de los tiempos. Manejan con tino los espacios entre notas, algo de agradecer. Habíamos leído que la voz de Ryk Ramos tiene tintes especiales, y es verdad. El también letrista de la formación consigue transmitirnos emociones.
El grupo toma elementos del movimiento indie, pero se diferencia de éste hacia unas estructuras más propias de la música masiva. No cuesta imaginar a sus miembros sobre un escenario a oscuras, con focos blancos sobre ellos surcados por el humo. Sin reinventar nada, Fractal mezcla ingredientes conocidos de una manera fresca.
Despertar compila rock asequible con pasajes dulces y pop rock de autor. El resultado es brillante, distinto a la par que amistoso. La dupla que conforman Ramos y Alfonso Zamora -éste último a las seis cuerdas- con Javier Alvarado a las baquetas y Dhiva von D. conformados las bases triunfa.
Despertar nace en forma de digipack de cartón. Todo en su interior, desde la galleta a los fondos, se impregna de la variedad de colores de la portada. Una pestaña en el lateral izquierdo sujeta un libreto de ocho páginas con las letras de las canciones, fotografías de los miembros del grupo por separado (a modo de bustos) y créditos técnicos, agradecimientos y canales de contacto a modo de cierre. Una edición más que suficiente para la ocasión.
El álbum supone una caricia sonora, una dosis de aires alegres. Fractal tiene algo que lo hace especial. Algo inasible, abstracto. Cada parte por separado no es nada del otro mundo, pero cuando todo se junta la maquinaria cobra vida. Despertar tiene alma, y a día de hoy por sí solo esto ya es un mérito notorio.
AltFloyd 