El cuarto trabajo desde el estudio de Red Beard lleva por nombre Dakota. El grupo considera éste un paso algo diferente a los demás en tanto ha endurecido su sonido. Editan los sellos Peermusic y The White Horse Records; distribuye Disc Medi.
Pese a este detalle, la música de Red Beard continúa en la línea de los anteriores, con el rock sureño norteamericano como bandera. No cuestra reconocer algunas de las influencias que mencionan si les preguntas: Lynyrd Skynyrd, ZZ Top o The Rolling Stones.
El rock árido de vaquero manufacturado por Red Beard es bailable y alegre a partes iguales. La aventura aguarda tras cada esquina de éste álbum. Con un bagaje amplio en los derroteros del rock americano, el grupo de Las Palmas de Gran Canaria logra un trabajo compacto en intenciones y dirección.
Dakota es deshinibido y atrevido, es guasón cuando se lo propone y sobre todo consigue capturar la esencia del rock sureño desde un punto de vista actual y acertado. La producción de Jaime Jiménez no siempre da en el clavo, y sorprendentemente esto no pese en contra del resultado.
La edición física de Dakota ve la luz en caja de cartón leve, flexible. En su interior una gran pestaña sujeta el CD mientras se reserva el lateral izquierdo para contener -en inglés- los detalles técnicos y los agradecimientos. La contraportada recoge el listado de ordenado de canciones y otros datos de interés.
Lo nuevo de Red Beard es un viaje por amaneceres cálidos, por la esperanza del desheredado por el amor. Dakota se te cuela por los poros, es auténtico. Para mayor certeza en el disparo, Red Beard crea una música poco usual en nuestro país, y lo hace con una colección de ideas claras y lógicas entre sí. Un disco éste en el que perderse sin migas de pan.
AltFloyd 